Estocolmo

La bandera del primer barco que llegue..

«Ayer pasé por tu casa, y me tiraste con un bidé» reza alguno de mis hermanos en cada ocasión que puede y no puedo pensar en otra cosa cuando aterrizo en Suecia, país de origen de todas esas suecas que supieron sacarme el aliento. Y es que más de una vez durante el viaje me han hecho el comentario de cuántas rubias se ven en Buenos Aires. «Si supieran», pienso yo. Mi hermano lo hace con menos tacto y más humor. Pero supongo que de cualquier forma está bien.

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Brujas y Bruselas

Molinos en Brujas

Los belgas a primera vista aparentan ser gente sencilla. Les gustan las papasfritas, el chocolate, los comics (sobre todo Tintín), la cerveza; bastante parecido a las cosas que me gustan a mi. Caminando por Brujas ese sentimiento de sencillez sigue apareciendo. Las casas son lindas, las calles y los canales son lindos, las plazas son lindas. Todo es tranquilo, todo es limpio, todo funciona y nadie parece hacer demasiado ruido por ninguna razón.

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Pamplona

Huevos de toro

¡BOOOM!

¿Fue ese el cañonazo? ¿Habrán soltado ya a los toros?
La ansiedad vicia el aire y la gente empieza a caminar para atrás, con la mirada puesta en el infinito, desde donde van a venir los toros. ¿Camino para atrás? Un poco por lo menos. Sigo corriendo casi 200 metros. ¿O no? Caminemos un poco para atrás.

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Granada y Córdoba

Arcos en la Mezquita

«No es cierto que no nos atrevemos a hacer las cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles porque no nos atrevemos»

Nobleza obliga empezar el blog con esa frase que marcó varios más que tres años de mi vida. Un gran profesor, al cual le debo muchos de mis conocimientos en historia del arte, que al día de hoy aplico en mi viaje, nos la hacía escribir cada año al comienzo de la carpeta de prácticos. Esa fue la única materia que me llevé, y a Marzo, y es la que más me gustó de todo el colegio.

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Sevilla

Caracoles y una caña..

Llego a Sevilla fusilado por un bus de dieciseis horas en el cual el chofer se la pasó a los gritos con algún viejo en el asiento número dos.

¡Que aquí no se puede dormir! ¡¿Pero por que no?! ¡Porque hace frío! ¡¿Y por que no está abrigao hombre?! ¡Porque cuando me subí hacía calor! ¡¿Y por que no trajo un abrigo?! ¡Porque no sabía que iba a hacer tanto frío, además cuando viajo yo no duermo! ¡¿Y por que no duerme?! ¡Porque me paso de la parada! ¡¿Y como dice que se pasa de la parada si yo siempre aviso?! ¡Pero yo no escucho, porque estoy dormido! ¡Y si ahora no está dormido! ¡Pues porque hace frío!

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Cambio de planes

Itinerario Tentativo

Mientras vuelo en el avión, me imagino que si se llegara a caer, a nadie se le ocurriría buscarme en esta parte del mundo. Nadie sabe a donde voy. Nadie sabe de donde vengo. Claro que el pasaporte me delataría. Esa es una suerte que, un par de horas más tarde en el colectivo ni siquiera tendría.
Sin embargo aterrizo en Amman y de corrido arranco para llegar a Nazareth.
Mis viejos vinieron de peregrinación por un par de semanas a Tierra Santa después de haberlo planeado y pospuesto durante años. Hace cuarto meses que no los veo cuando cruzo la puerta del hotel.

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Beijing

Proximamente en Tiananmen

Miro el horizonte desde el 9no piso. Frente mío, la ciudad se muestra radiante. Sus casas y edificios se reparten hasta el infinito. En el cuarto, el aire ya está caliente y viciado. Los primeros rayos del sol me doran la piel y me traen una sensación de placer. Atrás mío, Kara, la dueña de casa, y Simón, un amigo suyo, terminan de arreglarse y me miran, esperando alguna reacción. Guiño un ojo al destino y salgo a conquistar la ciudad. Pekín me espera.

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Xi’an

La Torre de las Campanas

Bajo del tren en Xi’an y ya el aire huele distinto. A lo lejos se ven algunas montañas y frente mio, la gigantesca muralla que rodea la ciudad. Aún así, apenas cruzo el umbral puedo ver el fatídico McDonalds y vuelvo a esta nueva realidad china.

Xi’an es una de las antiguas capitales imperiales y te lo hace saber de entrada. Mi hostel está justo al lado de la gran Torre de las Campanas, que es linda como pocas cosas que vi. Pero si bien me paso el día recorriendo y conociendo algunas pagodas, parques, torres e incluso una mezquita, es a ver otra cosa que vine todo el trayecto hasta acá.

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Phnom Pehn

Tormenta en el horizonte y el corazón

Llego a Phnom Pehn, la capital de Camboya, sin realmente querer estar acá, porque vengo a ver cosas que no quiero ver, y a conocer cosas que a veces es mejor dejar de lado. Y sin embargo algo adentro mío me dice que tengo que verlo y tengo que sentirlo, para de alguna manera buscarle un significado a tanta irracionalidad.

Vengo a aprender sobre el Khmer Rouge. Siento que siendo argentino la necesidad de venir a un lugar así es de alguna manera doble. Vengo a encontrar en Camboya, explicaciones sobre lo que pasó en Argentina.

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Angkor Wat

Impresionante Ta Prohm

¿Necesita Angkor Wat alguna introducción? Cómo intuyo que alguna por lo menos va a hacer falta que haga, acá se las doy. A partir del Siglo IX y hasta el XIII, los distintos reyes del imperio Khmer expandieron su imperio, que llegó a ir desde Vietnam hasta Myanmar (ex-Burma) y mientras lo hacían, fueron creando en la ciudad de Angkor varios templos en roca tallada que siguen siendo hoy una maravilla que vale la pena venir a conocer. Cientos de templos y templetes se yerguen sobre la selva que todo lo absorbe y rodea para sentarnos de traste y admirar, admirar lo que este mundo tiene para darnos y que nos esconde a miles de kilómetros de Buenos Aires, en el norte de Camboya.

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